El seguro
del automóvil es un contrato de seguro que cubre los riesgos
creados por la conducción de automóviles en caso de causar un
accidente.
Existe
una modalidad básica, cuya contratación es obligatoria por los propietarios de
todo vehículo, denominada por ello seguro obligatorio del automóvil que
cubre la responsabilidad civil del propietario y del conductor del
vehículo —en el caso de que no sean la misma persona— por los daños y lesiones
que causen a terceros.
Incluye también la jurídica hasta ciertos límites.
Esta modalidad está regulada de forma detallada por la normativa estatal.
Junto a
esta modalidad básica se pueden contratar otros complementos voluntarios:
- seguro de responsabilidad civil voluntario. Cubre las posibles indemnizaciones a terceros por encima de las cantidades incluidas en el seguro obligatorio.
- seguro de ocupantes. Es igual que el seguro de responsabilidad civil pero específicamente para los ocupantes del vehículo.
- seguro de daños propios o seguro a todo riesgo. Para los posibles daños que pueda sufrir el vehículo del propio asegurado.
- seguro de lunas. Para los posibles daños a las lunas del propio vehículo, es una subespecie del anterior.
- seguro de accidentes del conductor. Es un seguro sobre la vida del propio conductor, ya que éste no está cubierto por el seguro obligatorio.
- seguro de defensa jurídica. Cuando no esté cubierto por el obligatorio, la asistencia en viaje, etc.
También
existe la variante «con franquicia» que se utiliza sobre todo en los seguros de
coche a todo riesgo que en vez de cubrir el total del siniestro, solo lo hace a
partir de una cantidad que soporta el asegurado.
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